MIRADAS

La raíz de la mirada está en el corazón.

                                           (Pacoyo)

Hoy he mirado y al mirar… he descubierto miradas que reflejan el alma.

Miradas cansadas por el paso de los años,  gastadas de tanto mirar amaneceres vestidos de  fiesta y de nostalgia.

Miradas que van más allá de lo que los ojos miran y  penetran en la vida robando su sabor.

Miradas que brillan enamoradas y chispean y vibran y nos hacen mirar sin miedo a la aventura de vivir.

Miradas tranquilas que  nos serenan, nos arropan y envuelven con ternura nuestra alma.

Miradas que congelan al mirarlas. Nos detienen, nos alejan, nos hacen querer huir para no contagiarnos de su frialdad.

Miradas que hablan, miradas que callan y que al callar dicen todo.

Miradas que no miran, que están perdidas buscando el camino y el horizonte de sus vidas y vagan  disipadas en su mundo.

Miradas inocentes, sin dobleces, sin intenciones, sin maldad.

Miradas cómplices que  conectan dos pensamientos al unísono, que unen, que lo dicen todo sin hablar entrelazando sentimientos.

Miradas que transmiten intranquilidad o tranquilidad, inseguridad o seguridad, resignación o inconformismo, enfado o complacencia, tristeza o alegría, inquietud o sosiego.

Miradas… tu mirada, mi mirada.

Hoy he mirado y al mirar, he descubierto el reflejo de mi alma.