sábado, 12 de noviembre de 2011

QUIZÁ HOY...

Quizá hoy no sea el mejor día para escribir cuentos y la inspiración me traicione alejándose con las musas del viento que sopla en el más allá. Quizá hoy el recuerdo de los seres queridos invada mi corazón y el sol se esconda en una nube jugueteando con mis sentimientos. Quizá hoy sea un buen momento para comenzar una historia o quizá no…porque es muy probable que cuando empiece una historia, finalice otra y en mis cuentos no quiero que existan historias sin final feliz. Quizá hoy el tiempo  me dejé soñar lo imposible y por un instante conjugar el verbo amar en todos los tiempos, sintiéndome libre, desnuda, sin ritmo que marque las horas, ni miradas que dañen mi piel. Quizá hoy en el límite de lo infinito vuelva a saltar al abismo y mis sensaciones no me dejen volver y cierre los ojos y en el límite de lo perdido, la naturaleza me embriague en un sueño sin despertar. Quizá hoy….¡¡¡Sí, HOY!!!!

2 comentarios:

  1. Deseo de corazón, que cada momento que la vida te da, cada reto que se presente lo asumas y salgas victoriosa. Lo conseguimos con algo que SIEMPRE tenemos ahí adentro, el AMOR. Suerte en esta aventura del VIVIR. Un abrazote, una compañera de camino.

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  2. Poco a poco...copo a copo

    De regalo un poema de Unamuno:

    La nevada es silenciosa...

    La nevada es silenciosa,
    cosa lenta;
    poco a poco y con blandura
    reposa sobre la tierra
    y cobija a la llanura.
    Posa la nieve callada,
    blanca y leve
    la nevada no hace ruido;
    cae como cae el olvido,
    copo a copo.
    Abriga blanda a los campos
    cuando el hielo los hostiga,
    con sus campos de blancura;
    cubre a todo con su capa,
    pura, silenciosa,
    no se le escapa en el suelo
    cosa alguna.
    Donde cae allí se queda,
    leda y leve,
    pues la nieve no resbala
    como resbala la lluvia,
    sino queda y cala.
    Flores del cielo los copos,
    blancos lirios de las nubes,
    que en el suelo se ajan,
    bajan floridos,
    pero quedan pronto
    derretidos;
    florecen sólo en la cumbre,
    sobre las montañas,
    pesadumbre de la tierra,
    y en sus entrañas perecen.
    Nieve, blanda nieve,
    la que cae tan leve,
    sobre la cabeza,
    sobre el corazón,
    ven y abriga mi tristeza
    la que descansa en razón.

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